Presentación general sobre la arqueología en el Perú Presentación general sobre la arqueología en el Perú


Presentación general sobre la arqueología en el Perú

¿Cuáles son los principales períodos arqueológicos en Perú?




En general, podemos hacer una cronología bastante simple de las culturas prehispánicas en Perú, que es un tema favorito de los arqueólogos. Las primeras huellas de seres humanos en territorio peruano datan de hace 14.000 años; la agricultura y la ganadería aparecieron hace 8.000 años; y finalmente, las primeras pirámides y el tejido de algodón datan de hace unos 5.000 años. 


El primer período importante en la cronología arqueológica del Perú es el llamado período "pre-cerámico". Primero, el período "pre-cerámico" "temprano", entre 12.000 y 5.000 A.C.: los asentamientos humanos eran nómadas, vivían de la recolección y la caza, en cuevas que decoraban con pinturas rupestres. En el período pre-cerámico medio, entre 5.000 y 3.000 A.C., los humanos comienzan a asentarse, aparece la agricultura y la ganadería, la llama es domesticada. Finalmente, en el período pre-cerámico tardío, entre el 3.000 y el 1.800 a.C., aparecen los primeros centros urbanos, grandes edificios, infraestructuras agrícolas y calendarios rituales, signo de organización social e instituciones religiosas. Este es el ejemplo de Caral, cerca de Lima.




Tras la aparición de la cerámica, los períodos arqueológicos de tiempo se dividen según los tipos de relación entre las civilizaciones: dominación cultural o, por el contrario, independencia de cada una de ellas. 


En el Horizonte Inicial, entre 1800 y 1200 a.C., observamos la aparición de la cerámica, así como la construcción de grandes pirámides decoradas y pintadas, adornadas con altos relieves, como el sitio de Sechin. 


El Horizonte Temprano, de 1200 a 200 A.C. J.C., vio la propagación de la cultura Chavin, con sus cerámicas y construcciones de piedra, que dominaron muchas de las culturas circundantes, formando así un conjunto cultural relativamente homogéneo. Por otro lado, se desarrolló la cultura Paracas, conocida en particular por sus tejidos.


Entre el 200 a.C. y el 600 d.C., es el Horizonte Intermedio Temprano, la desintegración de la unidad Chavin y el resurgimiento de las culturas locales (nazca, mochica, pucara...). El cultivo agrícola se vuelve intensivo. En la costa se construyen grandes pirámides, y las características de la cerámica de este período son los colores rojo y blanco. Perfecto ejemplo de este período, la Huaca del sol y la luna, la Huaca del brujo, y las líneas de Nazca.


El Horizonte Medio, 600-900 d.C., se caracteriza por la expansión, dominación y desintegración de la cultura Huari. Habiendo sometido a los otros pueblos vecinos, como en la cultura Chavin, un cierto grado de homogeneidad en las culturas, técnicas y otras. El mejor ejemplo de este período es el sitio de Pachacamac en Lima y la pirámide de Túcume.


El Horizonte Intermedio Tardío, entre 900 y 1450, vio el resurgimiento de fuertes culturas regionales: Ica, Chimú, Chinchay, Huanca... El comercio se desarrolla entre las diferentes culturas. El período se caracteriza especialmente por un trabajo particular de cobre y plata. Los sitios de Chan Chan y Kuélap son representativos de este período. 


Y por último, durante el Horizonte Tardío que dura de 1450 a 1532, es la fulgurante expansión del imperio incaico de Tahuantinsuyu, con como mejores ejemplos el sitio de Machu Picchu, el Intihuatana, la ciudad de Cusco, etc...




Historia de la arqueología en el Perú




El trabajo arqueológico, en el sentido científico, la investigación sistemática y desinteresada que conduce a interpretaciones teóricas, comenzó por casualidad. Dos alemanes, Reiss y Stübel, descubrieron una enorme necrópolis en 1875 mientras excavaban el suelo para construir una línea de ferrocarril. Unos años más tarde, en 1887, publicaron "La Necrópolis de Ancón", con fotos e ilustraciones del sitio. Más tarde, Stübel investigó el sitio de Tiahuanaco en Bolivia y, de vuelta en Berlín, introdujo a Max Uhle en la arqueología andina. Con la llegada de Uhle y otros científicos extranjeros, se despierta el interés nacional por los sitios a descubrir en su propio país: Julio C. Tello, Luis Guillermo Lumbreras... A lo largo del siglo XX, los sucesivos descubrimientos de muchos científicos sacaron a la luz cientos de sitios antiguos, y se abrieron muchos museos para exhibir las piezas encontradas. Además, las teorías se cruzan, se oponen, critican y profundizan como los descubrimientos y las contribuciones intelectuales de todos.

¿Quiénes son los principales arqueólogos peruanos o extranjeros que han trabajado en el Perú?


Max Uhle es uno de los precursores de la arqueología en Perú, y uno de los primeros en haber explorado y desenterrado hallazgos excepcionales en suelo peruano. De origen alemán en 1856, trabajó durante la primera mitad del siglo XX en Perú, gracias a la financiación de varias universidades americanas. Viajó a los cuatro rincones del país hasta Bolivia, al sitio de Tiahuanaco, a las ruinas de Chimú en el norte, a Pachacamac en Lima... Su contribución conceptual y teórica es muy valiosa a nivel arqueológico y etnológico. 


Julio César Tello (1880 - 1947) fue amigo de Ricardo Palma, que le encontró un puesto de conservador en la Biblioteca Nacional. De ahí nació su interés por la ciencia y la arqueología, inmerso en los libros de historia de su país. Además del número y la calidad de los restos, sitios y objetos que desenterró, su importancia en la historia de la arqueología peruana proviene de su posición intelectual y casi política respecto al pasado indígena del Perú: en una sociedad que todavía era muy colonial y racista, rompió con la idea de inferioridad de los pueblos indígenas del Perú y promovió la idea de la grandeza ancestral del pueblo peruano. Su investigación científica le permite apoyar sus teorías de manera objetiva, y no de manera romántica o tradicional, oral. Para él, esta es la única manera de entender el Perú actual. Fundó el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de San Marcos, y sigue siendo hasta el día de hoy el más conocido y respetado arqueólogo peruano.  


John H. Rowe, arqueólogo americano, se codeó con Julio C. Tello durante muchos años, participó en sus expediciones y contribuyó a la fama de sus investigaciones en el extranjero. Como nota personal, escribió un libro sobre Max Uhle, el precursor de la arqueología en el Perú, titulado "Un recuerdo del Padre de la Arqueología Peruana". 


Luis Guillermo Lumbreras es un arqueólogo peruano nacido en 1936, y actualmente sigue siendo profesor en varias universidades de Lima. Su importancia en el mundo de la arqueología radica en sus valiosos aportes a la teorización de la arqueología en el Perú, que ofrece nuevas perspectivas tanto en la propia disciplina como en el objeto de la investigación.  


Rafael Larco, fundador del Museo Larco (llamado así por su padre), descubrió su pasión por la arqueología cuando su padre adquirió una gran colección de cerámicas antiguas y decidió expandirla excavando él mismo el desierto. Es más conocido por oponerse a la teoría de Tello de la matriz cultural de Chavin durante el período del Horizonte Temprano. 


Sin embargo, muchos arqueólogos menos conocidos son famosos por haber descubierto un sitio en particular. Es el ejemplo de Walter Alva (nacido en 1951), especializado en la cultura Moche, que descubrió la tumba del Señor de Sipán, o de Ruth Shady Solis, que descubrió y organizó el sitio de Caral. 


Por parte francesa, Olivier Fabre es doctor en arqueología prehispánica de la Sorbona e investigador asociado del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). Es especialista en la cultura arqueológica de los Chachapoyas y trabaja desde 2005 en la ocupación prehispánica de las cuevas de la vertiente nororiental de los Andes peruanos. En términos más generales, su trabajo se centra en los movimientos de población y en los asentamientos en la ladera nororiental. Ha publicado varios artículos sobre el tema y también ha trabajado con la Universidad Pontificia Católica del Perú (PUCP).


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